Los datos estadísticos a veces son mal interpretados, lo que puede llegar a confundirnos bastante. El error no está en los datos, sino en cómo los asimilamos. Los siguientes ejemplos son una muestra de ello:
Un hombre tenía miedo de viajar en avión por aquello de los secuestros aéreos. Mirando unas estadísticas, encontró que la probabilidad de que hubiese una bomba en su vuelo era de 1 entre 1.000, mientras que la probabilidad de que hubiesen dos era 1 entre 100.000. Por lo tanto, lo que hizo fue tomar el avión llevando él mismo una bomba.
La inmensa mayoría de las personas tiene un número de piernas superior al promedio.
Según las últimas estadísticas, de cada tres niños que nacen en el mundo dos son chinos. Menos en China que son los tres.
Según las últimas estadísticas, mueren ahogadas más personas en la bañera de casa que en la playa. Al leerlas, una señora de Olavarría, contrató a un profesor de natación para que le enseñara a nadar en la bañera.
Según las últimas estadísticas, de cada cinco niños que nacen en el mundo uno es chino. Menos mal que yo sólo he tenido cuatro.
Según las estadísticas, el 80% de las muertes son por causas naturales. Por lo tanto, hay que comer comida chatarra.
Según las últimas estadísticas un alto porcentaje de argentinos son padres. Lo que es seguro es que el 100% son hijos.
Según las últimas estadísticas, las mujeres viven más que los hombres. Especialmente las viudas.
Todo el mundo sabe que la probabilidad de morir en un hospital es mucho mayor que la de morir en cualquier otro sitio.
Según recientes estadísticas, en los accidentes ferroviarios, el mayor número de víctimas son del último vagón. Si esto es cierto, ¿por qué no lo quitan?.
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